En primer lugar nos interesa pensar ¿qué es una casa ecológica? Pero más que una definición nos parece útil pensar en su objetivo. Una vivienda ecológica es construida pensando en minimizar su impacto sobre el medio ambiente, permitir un desarrollo sostenible, generar sus propios recursos, alcanzar una armonía con el hábitat en que se emplaza.
Siguiendo esta filosofía, entendemos que no hay una única vivienda ecológica, sino muchas posibles que variarán de acuerdo a las condiciones particulares del lugar donde se emplaza y de quienes le habitarán. Desde el aspecto de su entorno natural se buscará aprovechar las posibilidades que brinda el hábitat, teniendo en cuenta: la orientación, el control y aprovechamiento del sol,el control y aprovechamiento del viento, y obtener una buena calidad de vistas. Por ello es fundamental a la hora de construir una casa ecológica ahondar en el conocimiento de su medio.
Cabe decir que las casas ecológicas pueden ser construidas en cualquier ámbito, siempre y cuando el terreno y la edificación reúna las condiciones adecuadas. Por ejemplo, hay casas en países en el tercer mundo o en países subdesarrollados que son ecológicas y podrían ayudar a aprovechar mejor los recursos. Pero las casas ecológicas son cada vez más reclamadas en el mundo desarrollado. Un hogar en el que olvidarse de la contaminación del exterior y donde aprovechar al máximo la energía sin destruir el medio ambiente y los recursos del planeta.
Las casa ecológicas ofrecen ventajas en numerosos ámbitos que merecen ser tenidas en cuenta:
Por un lado, representan un importante ahorro, tanto en la construcción como en el gasto a largo plazo. El uso de materiales reciclados o el aprovechamiento de la propia naturaleza para la construcción de la casa reduce los costes. También se pueden adoptar numerosas soluciones para maximizar la eficiencia energética en estas casas ecológicas. Por ejemplo, se pueden colocar placas solares o paredes que permitan ahorrar en calefacción o aire acondicionado.
El uso de materiales ecológicas, además de reducir los costes, aumenta la durabilidad de la casa, ya que los materiales ecológicos o naturales suelen ser mucho más resistentes que los que son “artificiales”.
Las casas ecológicas contribuyen al respeto al medio ambiente y por tanto, aportan su granito de arena para la salud y el bienestar. Estas casas no contaminan, ni desperdician energía, sino todo lo contrario.